Vinagre de manzana para adelgazar

La mayoría ha escuchado las historias de quienes han logrado adelgazar con la ayuda del vinagre de manzana. Algunos llegan a decir que se trata de una sustancia mágica que quema la grasa, pero por supuesto la mayoría de nosotros somos lo suficientemente inteligentes para darnos cuenta de que no es así. Aunque esas historias nos hacen preguntarnos ¿el vinagre de manzana ayuda a bajar de peso? ¿O se trata solo de otro engaño?

El vinagre de manzana no es por si mismo una cura para perder peso. Es un remedio tradicional que ha sido utilizado por siglos para varios propósitos medicinales.

Sin embargo, no existe evidencia de que el vinagre de manzana es una cura milagrosa para adelgazar. Pero si tiene varias cualidades medicinales que pueden ayudar a bajar de peso en algunas maneras diferentes.

Varios estudios muestran que ayuda a balancear los niveles de azúcar de la sangre. Esto puede deberse a su habilidad para bajar el índice de glicemia de una comida, lo que previene los picos en el azúcar de la sangre.

A pesar de que el vinagre es muy acido ayuda a balancear la acidez del cuerpo ayudándolo a ser más alcalino. Algunos expertos sugieren que esto puede ayudar a la perdida de peso.

Un estudio realizado en 2006 sugirió que puede tener propiedades que disminuyen el colesterol y los niveles de triglicéridos. Estas propiedades ayudarían a eliminar grasa.

Aparte de ayudar a adelgazar, el vinagre de manzana tiene otros beneficios para la salud. Su consumo diario puede ayudar contra el daño por radicales libres, dolor causado por la artritis, y presión sanguínea alta. Además es una fuente de potasio y calcio y tiene propiedades anti hongos y anti bacteriales.

Así que a pesar de que el vinagre no puede prometer una perdida de peso rápida, si puede contribuir a un estilo de vida más saludable lo que ayuda a adelgazar.

Consejos para usar el vinagre de manzana

Elige vinagre de calidad. Busca el orgánico, sin filtrar. Las pastillas o píldoras también ayudan, pero lo mejor es ir primero a la fuente liquida natural.

Comienza lentamente. Prueba con una cucharadita de te antes de las comidas y ve aumentando hasta alcanzar unas tres o el equivalente a una cuchara de sopa.

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