Que son Ataques de pánico
¿Has percibido un “ataques de pánico”? Suelen ser frecuentes en muchas personas pero debido a su total desconocimiento, se asocian en su mayoría a enfermedades o trastornos que no tienen nada que ver con la realidad. Los ataques de pánico tienen toda una larga lista por conocer, atrévete a aprenderla junto con nosotros.
Informarse siempre es bueno y sobre todo si la temática es de salud, hoy en día conocer un poco más aporta excelentes habilidades a tu vida que quizás puedas utilizar contigo mismo o con conocidos y seres queridos ¡Nunca dejes de conocer!
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¿Qué son los ataques de pánico?
La definición es importante conocerla pues es quien nos dirá y nos aclarará muchas dudas al respecto. Los ataques de pánico son capítulos de forma repentina y rápida que suceden al estar sometido ante un nivel de angustia o turbación extrema.
Pueden originarlo muchas causas que desencadenen los sentimientos antes descritos, al suceder, la persona afectada pierde la dirección de sí y comienzan ciertas expresiones físicas e incluso mentales que ciegan la razón e impiden la acción.
La edad es indistinta y sus síntomas son muy variables pues depende de cada organismo, aunque, suelen haber unos signos que son generales y permiten identificar el suceso una vez que ocurre.
Síntomas o signos que aparecen
Se pueden dividir en dos: físicos y mentales puesto que el miedo y la ansiedad son sentimientos que se experimentan de forma diferente en cada persona, algunos signos corporales asociados a los ataques de pánico son:
- Respiración rápido.
- Tensión baja o alta.
- Movimientos repetitivos e incontrolables como: temblores, agitación de manos y piernas, saltos, gritos.
- Ciertos ademanes como corroer las uñas, tocarse el pelo, halarse el cabello, rascarse la cabecilla.
- Náuseas y vómito.
- Jaquecas fuertes.
- Evacuaciones líquidas.
- Falta de apetito.
Algunos síntomas mentales pueden durar más allá del episodio, estos son:
- Descontrol en el sueño.
- Pesadillas constantes con el suceso desencadenante.
- Sentimientos de terror al salir o enfrentarse nuevamente con un episodio parecido al origen.
- Depresión.
- Ansiedad.
Hablemos de estadísticas
Las cifras que se manejan son alarmantes, en algunos países la cantidad afectada es mucho más, sin embargo, a niveles generales se dice que el 30% de la población de todo el mundo sufre o ha tenido algún episodio concreto relacionado con un ataque de pánico.
Este porcentaje nos habla de que alrededor de 6 de cada diez personas ha experimentado este trastorno al menos una vez en su vida. Muchos individuos lo manifiestan con regularidad por lo que requieren de una ayuda externa para manejar los temores y salir de estos capítulos tan intensos.
Un dato curioso en referencia a los ataques de pánico es que van en ascenso. Investigaciones y estudios recientes han demostrado que los niveles de estrés a los cuales son sometidas las personas del siglo XXI han ocasionado que desde muy joven estos síntomas se manifiesten y se apoderen del cuerpo ¡Es momento de hacer algo!
Conozcamos un poco del miedo
La angustia y el terror son dos sentimientos muy parecidos y que juegan un papel importante en la sintomatología que estamos describiendo. Ambos se relacionan a una sensación desagradable que recorre todo el organismo e impide una vida normal.
Los ataques de pánico son el resultado a la exposición de esta conmoción por mucho tiempo o simplemente por una impresión muy fuerte. El tratamiento es relevante puesto que con miedo nadie puede desempeñarse correctamente.
Sumado a esto, muchos científicos aseguran que el miedo es necesario pues su labor es proteger el cuerpo de ciertos peligros y aunque es verídica la afirmación, en ciertos casos debe manejarse muy bien esta sensación para no ser preso de ella.
¿Cómo manejar el problema?
Los ataques de pánico son un trastorno, un problema que debe atenderse cuanto antes; sus consecuencias son graves y trascienden en el tiempo, pues, el cuerpo al estar sometido a estos niveles tan altos de emociones se desgasta y pierde su vitalidad propia, además, no permite el descanso apropiado.
Los especialistas asociados son los que trabajan con la psique y todo lo relacionado al estado anímico de las personas, entiéndase entonces que un psicólogo, terapeuta o motivador puede contribuir de forma positiva al avance y superación de este trastorno tan delicado.
El tratamiento suele ser sencillo, muy pocas veces se requiere medicación a menos que el individuo represente un riesgo para sí mismo y las personas que le rodean en los ataques. Las charlas, sesiones y ayudas emocionales son eficientes, el hablar del problema con un grupo que lo padezca y ejercicios de relajación también suman.
Recomendaciones para controlarlo
¿Qué hacer cuando el episodio viene o ya se siente su presencia? Es una pregunta muy común que responderemos dando algunas herramientas que te ayudarán a manejarte en pleno desarrollo de los hechos, puedes presentar ataques de pánico sin perder la calma aunque parezca ilógico. Algunas recomendaciones son:
- Respirar hondo cuando se esté acelerado.
- Siéntate y concéntrate en respirar muy lentamente.
- Pide ayuda, si, así mismo, acude a alguien cercano y cómo puedas intenta explicarle la situación para que te tienda una mano.
- Agarra y entrelaza tus dedos, esto te va a calmar y llevará a tu mente a concentrarse en esta acción solamente.
- Luego del suceso, verbaliza lo que sentiste e intenta localizar cuánto antes el origen del miedo en tu mente, esto te ayudará a establecer acciones para vencerlo y superarlo.
- Si consideras que te ha ocurrido repetidas veces, busca a un especialista.
- Toma agua y procura hacer actividades que te distraigan y te hagan sentir feliz, algunos filmes de comedia o libros pueden ayudar.
- Por el resto del día, si es posible, procura no estresarte con trabajo u obligaciones ¡Tu salud es antes que todo!
- Acuéstate, muchas personas acuden al sueño para calmarse si eres una de ellas hazlo, descansar permite aclarar y pensar mejor las cosas.
Ante todo ten presente que tu organismo es vital para que seas una persona desarrollada en todos los ámbitos, cuidar de ti es el acto de amor más grande no solo hacia ti sino también hacia los que te rodean.
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