Qué es el síndrome febril

La fiebre o mejor conocida como síndrome febril, es una de las reacciones del cuerpo más frecuentes en el ser humano. Los bebés, al ser vacunados suelen presentarla sin ningún otro signo que se añada, además, la mayoría de las enfermedades la presentan, pero, ¿qué es el síndrome febril? Conoce todo lo relacionado en compañía de nosotros.

síndrome febril

Con distintos tipos, causas y consecuencias, el síndrome febril es una condición que se puede tornar preocupante sino se trata a tiempo y cómo es debido. Te animamos a leer estas líneas para que aprendas a controlarla y detectar cualquier anormalidad que se presente en tu organismo.

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¿En qué consiste el síndrome febril?

El síndrome febril o cuadro febril, consiste en la elevación de la temperatura corporal debido a la manifestación de una enfermedad o desequilibrio en el organismo. Afecta tanto a niños como a adultos aunque cada uno con consecuencias muy diferentes.

En recién nacidos o niños menores de siete años puede ser mortal siempre y cuando dependa del foco de infección que la cause, la temperatura que manifieste y muchas otras opciones por las cuales el cuerpo se dé en deceso ante ella.

Se considera febril una temperatura mayor de 38 grados. Un dato interesante acerca de este signo es que en perros y gatos también se presenta mostrando, al igual que en el ser humano, un estado de alarma ante el cual hay que estar precavidos y bien informados.

Causas que lo originan

Muchas son las causas que dan pie a esta afección, bien sea una enfermedad infecciosa o el aumento de alguna actividad que no se solía realizar con regularidad como el ejercicio. Otras de las causas son:

  • Inflamación de algún órgano o tejido del cuerpo.
  • Infección profunda o leve.
  • Gripe o resfriado.
  • Actividad muscular excesiva.
  • Ante la exposición de una vacuna.
  • Reacción a un medicamento.
  • Enfermedades como la neumonía, bronquitis, Covid-19, apendicitis, entre otras.
  • Aumento en las proporciones de comida diarias, algún cambio hormonal.

Como puedes observar, el síndrome febril es la alarma que tu cuerpo manifiesta para decirte que algo no está funcionando como es debido, es importante que puedas reconocer todo lo que tu organismo te indique para continuar gozando de buena salud. Por lo general, cuando viene acompañada de otros signos se puede distinguir el tipo de afección que se tiene.

¿Cómo saber si tengo fiebre?

Hablamos de febril o febrícula cuando la temperatura es de 38 grados, mayor a esto ya hablamos de fiebre. Para saber que nuestro organismo la tiene, se manifiestan ciertos signos que debemos conocer e identificar rápidamente:

  • Dolor agudo de cabeza, dependiendo de la temperatura.
  • Ardor en los ojos.
  • Malestar corporal general.
  • Dolor en el cuerpo.
  • Cansancio.
  • Frío, aunque va a depender del grado de temperatura.
  • Escalofríos.
  • Convulsiones, suelen darse en niños pequeños cuando las fiebres son muy altas; los adultos son propensos a delirar cuando las temperaturas sobrepasan los 40 grados.

Consecuencias derivadas de este síndrome

Ya hemos hablado un poco de ellas, sin embargo, es bueno puntualizarlas para que las tengas presentes y puedas en caso de presentar el cuadro, intervenir de la forma adecuada para prevenir cualquier otro malestar en tu organismo. El síndrome febril es capaz de:

  • Deshidratarte, la fiebre debilita el organismo y por ende, si no hay una disposición a alimentarse la persona puede llegar a este estado.
  • Generar problemas cerebrales, si se presenta de forma continua y con elevadas temperaturas puede dañar ciertas conexiones neurales.
  • Adelgazarte, pues al sentirte tan débil tiendes a estar en reposo y consumir menos alimentos.

¡Atenderla es urgente! No esperes que avancen los días, si tu temperatura es mayor a 38 grados hay algo que está afectando tu organismo y debes atacarlo lo antes posible.

¿Qué pruebas puedo realizarme ante el cuadro febril?

El cuadro o síndrome febril es la muestra externa de una infección o proceso interno del cuerpo, para determinar con exactitud qué la produce, por lo general, es importante realizar exámenes de sangre para conocer los valores de tu organismo.

Un examen de orina es necesario para conocer el proceso de los riñones y un examen de heces puede colaborar en el diagnostico final si llegase a reportar alguna bacteria. Los ecos suelen administrarse también siempre y cuando haya una manifestación de dolor o incomodidad en un miembro especifico del organismo.

Asiste regularmente a tu médico de cabecera para mantener una salud óptima y así conocer las pautas que debes seguir ante una emergencia como esta.

¿Cómo tratar este síndrome?

El tratamiento va de la mano con el diagnóstico, sin embargo, este signo que se manifiesta puede regularse. Desde un resfriado común hasta una infección de gravedad en alguno de los órganos, el síndrome febril puede tratarse con remedios caseros o fármacos que ayudan a bajar las elevadas temperaturas.

De seguro has escuchado algunas acciones que tus familiares llevan a cabo cuando los niños de la casa presentan febrícula o fiebre, algunos de estos son:

  • Colocar pañito de agua fría en las coyunturas: codos, frente, antebrazo, detrás de las rodillas, barriga, cuello.
  • Tomar una ducha de agua tibia y dejar que se enfríe en el cuerpo.
  • Mantener los pies abrigados.
  • No arroparse ni colocarse suéteres a pesar de tener mucho frío, esto ocasiona una elevación de la temperatura y queremos que ocurra todo lo contrario.

En cuanto al tratamiento en base a fármacos, todo va a depender de la condición que se tenga pues en ciertos casos algunos medicamentos no están indicados según la infección que se esté desarrollando. Te damos a conocer una lista de ellos para que puedas tomarlos en cuenta:

  • Acetaminofén, ideal para los refriados comunes y enfermedades como el dengue, neumonía, entre otras.
  • Paracetamol, alivia los malestares del cuerpo.
  • Diclofenac, siempre y cuando el cuadro clínico que se presenta permita su consumo.

Todos ellos puedes consumirlos en forma de pastilla o supositorio en caso de los niños por ser más efectivo. El rango de tiempo en que se establece tomarlo es cada 4 a 6 horas, todo esto va de la mano con la gravedad y la temperatura que muestres.

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