Mitos y tratamientos acerca del hirsutismo o exceso de vello en la mujer

¿Acariciar su espalda es como hacerle cariño a un peluche? ¿De tanto depilarse conoce la vida de la depiladora mejor que la de sus amigas íntimas? ¡Oh calvario del siglo XXI!

Los vellos en la mujer existen gracias a la testosterona, una hormona conocida por predominar en los hombres. Típicamente están ubicados en piernas, axilas, antebrazos y pubis. Pero médicamente, se llama hirsutismo cuando hay pelos duros y gruesos en el mentón, bozo (o parte superior del labio), mejillas, pechos, espalda, abdomen, muslos y brazos.

Rostro de mujer depiladoSer hirsuta se puede deber a la genética o a problemas hormonales. Si su tía practica la danza del vientre o su abuela es de las que hace su propia pasta, en sus venas corre sangre mediterránea y los pelos son una herencia inevitable dentro de su familia. Si, en cambio, es la única hirsuta entre sus parientes y a esto se suman ciclos menstruales desordenados y espinillas, lo más probable es que tenga un desorden hormonal que aumenta su testosterona y deba hacerse ver.

¿Qué hacer para no convertirse en la mujer peluda del circo? Existe el tratamiento cosmético y con medicamentos. Como ninguno es la panacea, a las hirsutas se les recomienda usar los dos juntos.

La vía cosmética incluye rasurado, depilación y láser. Es un mito que rasurándose o depilándose los pelos salen más rápidos o más gruesos. La historia natural de toda mujer es que desde la pubertad, nos ponemos progresivamente más peludas. Así es que las mamás no deberían torturar a sus hijas peludas prohibiéndoles la depilación por miedo a que les salgan más pelos, porque les van a aparecer de todas formas. Por otro lado, una de las cosas buenas de envejecer es que partir de los 20 años el vello empieza naturalmente a declinar y las viejitas son lampiñas al lado de los adolescentes.

Los medicamentos que debilitan el vello son anticonceptivos orales
y otros, que actúan bajando los niveles de testosterona. Su uso debe ser prolongado y consistente por un año como mínimo para notar su efecto.

Pero no todo es malo en la mujer peluda. Un refrán dice: “mujer con bozo, sexo gozoso”. Es que la testosterona es también la hormona responsable de estimular la libido, lo que explica el conocido buen desempeño amatorio de las “bigotudas”.

Los pelos hay que atacarlos por todos los flancos, combinando todos los tratamientos posibles, aunque su existencia también tenga algunas utilidades.

Contenido Relacionado:

Subir