Mitos sobre los anticonceptivos

Su uso se ha relacionado con numerosos mitos que la ciencia ha ido poco a poco derribando. Aún así, a pesar de toda la información disponible, muchas mujeres siguen pensando que tomar la píldora engorda, algunas parejas piensan que el ‘coitus interruptus’ es un método seguro y todavía hay quien piensa que en la primera relación sexual no hay riesgo de embarazo. Estos y otros son los mitos más extendidos acerca de la anticoncepción.

La píldora aumenta el riesgo de sufrir un cáncer.

Al contrario, los anticonceptivos orales no solo no predisponen a la aparición de muchos tipos de tumores sino que la previenen. Así lo refleja un estudio publicado recientemente cuyos resultados indican que la reducción de sufrir cualquier tipo de cáncer es del 12% entre aquellas mujeres que han tomado la píldora durante menos de ocho años. Eso sí, se se toma por más tiempo, el riesgo crece.

Los métodos “tradicionales” son seguros.

La marcha atrás o ‘coitus interruptus’, el método Ogino o el Billings no son fiables a pesar de la gran aceptación que tienen entre algunos sectores. Una encuesta realizada por la Sociedad Española de Contracepción reveló que un 15% de las mujeres mantiene relaciones sin protección y un 13% practica el coito interrumpido. El peligro es que el líquido preseminal puede contener espermatozoides, que pueden fecundar el óvulo, además del riesgo de no “parar a tiempo”. En total, alrededor de un millón de españolas utiliza métodos de eficacia dudosa.
La píldora engorda.

A diferencia de lo que muchas mujeres creen, la píldora anticonceptiva no es la culpable de su aumento de peso. Al menos ningún estudio ha logrado demostrar esta asociación. Los compuestos más modernos tienen dosis de hormonas muy bajas de forma que esto no ocurre, lo que sí se puede producir es una ligera retención de líquidos.

El virus del sida es capaz de atravesar los preservativos.

Falso. Ni el VIH ni ningún otro patógeno conocido hasta la fecha puede pasar a través del látex y transmitir una enfermedad. De hecho, los condones son el único medio eficaz para evitar el contagio del sida, el papilomavirus y otras enfermedades de transmisión sexual. Sin embargo, muchas comunidades religiosas y africanas, especialmente, se resisten a usarlo.

No debo tomar la píldora más allá de los 35 años.

Lo cierto es que se puede tomar durante toda la vida fértil. Eso sí, si fuma, tiene hipertensión, diabetes o riesgo elevado de cardiopatía es conveniente que no la tome a partir de esta edad. En estos casos, es mejor consultar con el ginecólogo.
La píldora tiene muchos efectos secundarios que perduran después de dejarla.

Desde la introducción de las nuevas píldoras, que contienen menos hormonas que los primeros preparados, los efectos secundarios se han reducido notablemente y, desde luego, desaparecen si se dejan de tomar. De hecho, la tendencia actual es producir compuestos con menor eficacia anticonceptiva pero que, como contrapartida, tengan menos efectos adversos.

En la primera relación no hay riesgo de embarazo.

Esta creencia es la culpable de muchos embarazos no deseados, sobre todo en adolescentes. Una vez que se haya producido una ovulación una mujer se puede quedar embarazada, más aún, antes de la primera menstruación también existe esta posibilidad ya que el óvulo se expulsa unos días antes del sangrado.

Suprimir la menstruación es nocivo.

Los métodos hormonales (píldora, parche, implantes, inyecciones) hacen que desaparezca la regla fisiológica y lo que provocan en su lugar es un sangrado artificial pensado en su día para imitar el proceso normal y evitar así el rechazo de las usuarias.

Las píldoras tradicionales se toman durante 21 días y dejan una semana de descanso en la que se produce esa mímesis. Los nuevos preparados reducen las menstruaciones a cuatro al año, ya que las pastillas se toman de forma ininterrumpida durante tres meses, o acaban con ellas al no contemplar descansos sin que se tengan datos acerca de su inseguridad.
Si tomo la píldora, no debo preocuparme por otros fármacos.

Lo cierto es que la absorción de los anticonceptivos puede interferir con la de otros medicamentos y viceversa. Si está tomando algún tratamiento farmacológico debe consultar con su ginecólogo ya que puede estar en riesgo de quedarse embarazada sin saberlo.

Fuente: elmundo.es

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