Las uñas están continuamente están expuestas al agua y a ingredientes que las secan como jabones y limpiadores. Esto hace que las uñas se pongan débiles, se partan y “escamen” con mayor facilidad.
Lo primero es por supuesto liminar la exposición a los elementos. Para esto acostúmbrate a usar guantes plásticos a la hora de lavar platos, limpiar la casa o poner manos directamente en cualquier químico que pueda irritar.
Las uñas se dañan mucho con el agua. Evitar el contacto con el agua es difícil a menos que no nos lavemos las manos frecuentemente y esto no es saludable. Para combatirlo ponte crema, o aceite cada vez que te laves las manos y asegúrate que también cubres las uñas.
Un consejo de Lili Napolitano una esteticista Peruana en USA es que después del baño tengas a mano un palito de naranjo o cualquier otro material para empujar las cutículas y aplícate aceite en las uñas. Puedes usar un aceite especial para uñas o puedes usar aceite de almendras o de oliva con vitamina E.
Las uñas también necesitan nutrientes incluyendo proteína y calcio. De acuerdo a la Dr. Audrey Kunin de Kansas City, Mo (USA) los suplementos de calcio son buenos para fortalecer las uñas.
Trata de mantener las uñas pintadas y arregladas de esta forma el esmalte las protege y tu estas mas consiente de cuidarlas.
También puedes aplicarte un tratamiento para fortalecerlas sin formaldehído. A la hora de quitar el esmalte prefiere usar los removedores de esmalte sin acetona.
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